En el contexto actual de aislamiento, las sociedades moderna y postmoderna erraron la representación de la muerte en términos que “nadie piensa en la muerte, e inclusive fue borrada como mito”, es decir de pronto se borró la liturgia y el duelo solemne en una sociedad que transita en el puro presente “de felicidad”, en esto se explica porque la gente incumple las normas de cuarentena, y por otro lado se manifiesta que el ser sociable necesita del otro y la situación del encuentro, ya que los encuentros festivos y recreativos revitalizan aún más al sujeto, algo que en la actualidad se pone en la lupa debido a la situación de pandemia que atravesamos como sociedad, así lo aseveró el licenciado en Sociología de la Universidad Nacional de Buenos Aires, egresado de la Primera Escuela en Psicología Social “Doctor Enrique Riviere y actual Director de la Consultora Punto DOXA SRL Estudios Social y Comunicación, Alfredo Santos en una amena entrevista con el programa Panorama Jujeño.

Al respecto, mencionó que la sociedad argentina vio con asombro lo que ocurrió en España e Italia con miles y miles de fallecidos, ya que son lugares próximos a los afectos de la idiosincrasia argentina, algo muy distante con lo ocurrido en China, y en ese aspecto las personas tomaron el riesgo, el temor y la muerte y aceptaron la cuarentena, pero sobre el quedarnos en casa “se transformó en algo inédito para nosotros” y con el correr del tiempo ese comportamiento se va diluyendo de a poco, sumado a la superpoblación en las grandes ciudades urbanas.
Indicó que en las distintas realidades el temor a contagiarse no produjo un aprendizaje social, razón por la cual la gente empezó a relajarse, a reunirse, es decir las personas se plantean como omnipotentes ante esa situación.
El sociólogo Santos evidenció que la sociedad tiene una percepción equivocada del riesgo y es muy difícil analizarla, ya que la pandemia plantea mensajes contradictorios, como por ejemplo la apertura de un shopping por la situación económica y comercial y prohibirle a un abuelo poder ver a su nieto, es decir se superponen intereses comerciales a los afectivos, a raíz de esos mensajes contradictorios se producen quebrantamientos de las normas y búsqueda de encuentros.
Respecto a las consecuencias en la estructura y en la dinámica social que traerá la pandemia, el especialista mencionó que indudablemente habrá cambios, lo que aún no se puede afirmar sí se transformará en “una bisagra histórica”, ya que estamos ante un hecho inédito en la sociedad, agregando que dejará una marca profunda por su correlato económico, no solamente para el cuadro sanitario y la cantidad de fallecidos, sino porque los Estados asumen posturas distintas ante ese panorama.
Añadió que en ese raid informativo las estadísticas se constituyen como números y no vidas humanas, sintetizando que la pandemia marcará aún más por la crisis económica que está causando en las diferentes regiones, y solamente concluirá con la vacuna para el coronavirus.
Santos subrayó que en la cultura de los hábitos y costumbres la pandemia producirá enormes transformaciones a la conducta de las personas, ejemplificando que el uso del tapabocas es algo novedoso para los ciudadanos de América Latina y Europa, y en cambio no lo es para China que es una sociedad más disciplinada y con determinados vínculos institucionales.
En cuanto al escenario para las próximas elecciones, el sociólogo analizó que las fuerzas políticas consensuarán que no haya PASO, aunque los tiempos electorales empezaron a acelerarse, mutando los modos de hacer política y estarán supeditados a cómo se resuelva los grandes problemas actuales (sanitario y económico), es decir en las elecciones de medio término se jugará en quien protegió y cuido a la ciudadanía y quien no lo hizo, aunque, sin embargo más allá de un voto castigo o no tendrá realidades muy locales, y la escenario actual demuestra que cada fuerza política tendrá que trabajar mucho en sus jurisdicciones para contener a sus poblaciones.
Finalmente, valoró que las realidades políticas son diferentes en cada lugar y los oficialismos cuentan con ventajas electorales porque cuentan con experiencia y un caudal de votos significativo, concluyó.